MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
España cuenta con el coste de las redes de distribución eléctrica por consumidor más bajo entre los grandes países europeos, siendo hasta más de dos veces inferior al de Francia o Alemania, según un informe realizado por EY sobre la comparativa de retribución del sector en Europa.
Según el estudio, el coste por cliente y por kilómetro de línea en España es significativamente inferior al de países como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, lo que sitúa al sistema español en una posición de eficiencia destacada.
Así, mientras en Alemania la retribución por cliente supera los 429 euros y en Francia los 409 euros, en España se sitúa en los 176 euros. Además, el ratio de ingresos por kilómetro de red y por megavatio de demanda máxima también es de los más bajos del continente.
El coste por cliente en los países del Viejo Continente analizados en el estudio tan solo es inferior al de España en Portugal -con 155 euros- y Grecia -con 102 euros-. Por su parte, la retribución por cliente más alta se da en Noruega -con 1.349 euros-, Suecia -con 893 euros- y Dinamarca -con 746 euros-, siendo la media para el conjunto de países de unos 436 euros.
En el caso de los países con más de 10 millones de clientes, España se sitúa a la cola en coste, con esos 176 euros, por detrás de, además de Alemania y Francia, Reino Unido, con 231 euros; e Italia, con 185 euros. La media para este grupo de países del coste por cliente se sitúa en los 286 euros.
Además, el ratio de ingresos por kilómetro de red y por megavatio de demanda máxima en España también es de los más reducidos del continente, lo que pone de manifiesto la eficiencia de la red.
La pasada semana, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) abrió una segunda consulta pública sobre el modelo de retribución de la distribución eléctrica para ajustar su propuesta al nuevo contexto de planificación nacioanl de las redes, abriendo así la puerta a una mejora con respecto a la propuesta anterior.
Este paso dado por el regulador se produce después de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico iniciará la fase de audiencia pública de la propuesta inicial de desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica con horizonte 2030, que prevé una inversión de unos 13.600 millones de euros hasta el final de la década para el refuerzo de las redes nacionales.
La segunda audiencia de esta metodología es un paso así para poder mejorar la propuesta inicial, aunque quedan algunas mejoras en cuanto al opex y al capex que previsiblemente serán incluidas en las alegaciones del sector eléctrico.
El pasado mes de junio, la CNMC propuso establecer la tasa de retribución financiera para la actividad de distribución eléctrica en el 6,46% para el periodo regulatorio 2026-2031, lo que supone un incremento respecto al 5,58% aplicado en el periodo anterior, porcentaje considerado insuficiente para las compañías eléctricas a la hora de incentivar la inversión en redes eléctricas.
NECESARIAS INVERSIONES PARA ATENDER LA DEMANDA.
El sector eléctrico ha defendido que no tiene sentido contener los costes en un momento en el que son necesarias inversiones para poder atender la demanda que se quiere conectar.
A este respecto, estima que la red no puede seguir en estos niveles, como están demostrando los nuevos mapas de capacidades eléctricas, cuyos datos datos publicados por las distribuidoras en septiembre señalaban una saturación del 83,4% de los nudos de la red de distribución, que incluso ya actualmente supera claramente esa cifra, lo que impide conectar nueva demanda eléctrica en la mayoría del territorio nacional.
Este colapso afecta especialmente a la industria y a los grandes proyectos, que ven bloqueadas sus inversiones por la falta de puntos de acceso. De hecho, solo el 10% de las solicitudes industriales de conexión han sido atendidas, mientras que el resto se rechazan o quedan en espera, paralizando proyectos por valor de hasta 60.000 millones de euros.
Esta saturación de la red no solo limita la instalación de nuevas industrias, centros de datos o infraestructuras clave para la electrificación, sino que también afecta al crecimiento económico y la competitividad de España.