MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
El presidente de transición sirio, Ahmed al Shara, ha confirmado este domingo que el país árabe se encuentra en una fase "avanzada" para alcanzar un acuerdo en materia de seguridad con Israel que respete la línea de separación delimitada tras el fin de la guerra árabe-israelí de 1973 que el Ejército israelí ha atacado en reiteradas ocasiones aprovechando el derrocamiento en diciembre de 2024 del Gobierno de Bashar al Assad.
Así lo ha anunciado el mandatario durante un encuentro con medios de comunicación árabes en el que ha señalado que hay más probabilidades de alcanzar un pacto con las autoridades israelíes que de lo contrario, si bien ha descartado que este sea el momento adecuado para un acuerdo de paz con el país vecino.
Con todo, Al Shara ha defendido en esta reunión de la que se han hecho eco medios como Al Nahar y Sky News Arabia que "cualquier acuerdo con Israel se basará únicamente en la línea de armisticio de 1974" y que "no dudará en aceptar" un pacto que beneficie tanto a su país como al resto de la región.
Estas declaraciones coinciden con la llegada este domingo del enviado especial de Estados Unidos para Siria y Líbano, Tom Barrack, a Israel, donde se ha reunido con su primer ministro, Benjamin Netanyahu, precisamente para abordar las relaciones de los tres países.
SOBRE LAS RELACIONES ENTRE BEIRUT Y DAMASCO
En el mismo encuentro, Al Shara se ha manifestado sobre las relaciones entre su Gobierno y las autoridades libanesas y ha pedido así superar "las tragedias del pasado y establecer relaciones basadas en intereses compartidos, estabilidad e integración económica".
En este sentido, ha asegurado que ha "renunciado a las heridas que Hezbolá infligió a Siria", en alusión a las actividades del partido-milicia chií libanés en apoyo al que fuera presidente del país, Bashar al Assad, durante la guerra civil.
"Líbano ha sufrido bajo las políticas de ambos Assad y ambos países necesitan escribir una nueva historia y liberar sus memorias del legado del pasado", ha agregado, reconociendo que "la inversión de Siria en la polarización sectaria y la política libanesas fue un grave error para ambos países y no debe repetirse".
Por ello, ha defendido su voluntad de que las relaciones con el país vecino se basen en relaciones "de Estado a Estado" y alejada de las intervenciones y políticas que han perjudicada a Beirut y a Damasco en el pasado.