MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La taekwondista española Adriana Cerezo insiste en que le gusta "entrenar, el día a día", por lo que estaría en el gimnasio "entrenando igual o incluso más si mañana no vuelven a existir los Juegos Olímpicos, después de aprender y crecer "muchísimo" tras Paris 2024, evento en el que no le funcionó obsesionarse con "quedar campeona", aunque el día después de su participación ya cambió su fondo de pantalla por la presea de Los Angeles 2028, el "motivo" por el que se levanta cada mañana.
Hace más de 10 meses, la joven deportista alcalaína se quedó sin premio en forma de medalla al caer en su combate de cuartos de final en la categoría de -49kg. Un chasco para una de las favoritas, que llegaba la capital francesa tras sorprender al mundo con una plata olímpica en Tokio en 2021. Sin embargo, y pese a las altas expectativas que rodearon su participación, Cerezo ha "aprendido y crecido muchísimo".
"No sé si ese crecimiento se puede hacer tangible de alguna forma... Obviamente, si pudiese volver atrás me encantaría cambiar el resultado, no te voy a mentir. Pero ya que tengo que comerme lo que ha pasado, creo que he aprendido mucho, he crecido mucho", expresó la deportista en una entrevista a Europa Press tras un evento de Universae.
Para Cerezo, ha sido clave su "entorno" para una recuperación más sana. "Ver cómo la gente ha reaccionado, ver el apoyo que he tenido y, sobre todo, tener tan claro dónde quiero llegar y la forma en la que quiero hacerlo, y creo que lo estamos haciendo. No sé si a lo mejor si hubiese ganado o si hubiese sacado un resultado bueno, a lo mejor también habría crecido igual", reflexionó.
"París fue una de las situaciones de las que más he aprendido. Siempre creo que todo pasa por algo, entonces pienso que ese bajón, ese palo, también te ayuda a construir algo más. Estoy muy metida en construir, ahora es un momento en el que puedo pensar, puedo recapacitar un poco, y decir 'te has pegado el palo, ¿ahora qué? Demostrarte a ti mismo'. Eso es un reto muy interesante", agregó sobre ese proceso posterior a los Juegos en la capital francesa.
Cerezo reconoció que "hay que ser autocrítico" después de una derrota así, aunque "tampoco hay volverse loco". "El día antes de París estaba totalmente preparada para ser campeona olímpica, pero el día después no es que de repente no valiese nada", defendió, sin ocultar que "cuesta hasta que te equilibras".
"Pero hemos tenido muy claro que el fallo no está en la preparación, no ha sido en pegar una patada más así o así, sino que a lo mejor tenía tan claro que quería ser campeona olímpica, me enfoqué en esa obsesión, y no te permite sacar tu mejor versión", admitió.
"MI PRIMER GRAN EXAMEN DESPUÉS DE PARÍS FUE VOLVER AL GIMNASIO"
Ahora, Cerezo ha cambiado "un poco más ese foco", intenta vivir más tranquila y "no tomar las decisiones con tanta prisa". "Parece que todo es determinante y cada momento es el imprescindible para poder llegar, hay que tomarlo todo con un poco más de calma y verdaderamente priorizar la salud y la competición y el estar bien, el saber que llevo a cada campeonato preparada, confiar en la gente de alrededor", apuntó.
Y es que lo que mantiene la llama viva en la complutense es su rutina. "A mí lo que me gusta es el día a día, entrenar, si me dices que no vuelven a existir los Juegos Olímpicos, mañana seré la que esté en el gimnasio entrenando de la misma forma o incluso más", confesó.
"Cuando llegué el primer día de entrenamiento post-Juegos, fue como '¿y ahora esto qué va a ser?' Como si hubiese cambiado el mundo. Realmente fue llegar y es que es lo mismo. Y fue lo mismo después de París y fue lo mismo después de Tokio. Al final, llegas al gimnasio y como te despistes, tu compañero te va a dar una colleja igual", relató sobre sus entrenamientos.
Y la relación y la competencia con sus propios compañeros y compañeras también es clave en su progresión. "Hay una campeona del mundo, campeona olímpica, plata olímpica, campeones de Europa, no te puedes permitir bajar, cada día llega alguien nuevo, uno es inspiración del otro, todo el mundo quiere lo que tiene el de al lado. Todos queremos crecer y cada día, si tú llegas un pelín más bajo, no te lo puedes permitir, porque tienes a otro que está a su 200%. Se crea un engranaje, una máquina, que solamente llama al éxito y a cosas grandes", elogió al club Hankuk.
Pero ir al gimnasio siempre será "especial" y "bonito" para Cerezo. "Y también te hace recordar decir, 'mira, al final donde quiero estar es aquí', y lo importante de estos cuatro años de ciclo no va a ser el ciclo, porque yo sueño con ser campeona olímpica cada día, sino ese momento de construirlo, ese día que terminas un entrenamiento duro y te sientes un poquito más cerca y te crees capaz de conseguirlo, creo que en eso vamos a empezar a montar nuestra historia", auguró.
Y aunque queda mucho para Los Angeles 2028, la deportista solo tardó unas horas después de acabar su participación en Paris 2024 para marcar su nuevo objetivo. "Me puse la medalla de LA28 de fondo de pantalla la noche al día siguiente de competir en París, estaba con mis entrenadores, yo tenía la medalla de París puesta todavía, y fue encender el móvil a la hora, y dije no puede ser. Estaban todos celebrando el oro de Viviana Márton, y dije 'lo voy a quitar'. Busqué otra y puse la de Los Ángeles. Es mi objetivo, mi motivo, por el que levantarme cada mañana para entrenar", expuso.
"Tengo muchísimas ganas, pero no me gustaría que fuese ya, quiero darme tiempo para llegar en una versión óptima y no tener que llevar tanta prisa en todo. Darme tiempo para que las cosas se asienten, y llevar esa confianza. Ahora mismo siento que estos cuatro años se me harán largos, pensando en Los Ángeles, pero hay tantas cosas que tengo que ir haciendo y tantos campeonatos importantes que creo que cuatro años está bien", agregó.
Pero antes, del 24 al 30 de octubre de 2025 en Wuxi (China), se celebrará el Mundial, y sigue vivo su "sueño" de colgarse el oro, la única medalla que le falta. "Para los Juegos no me funcionó obsesionarme con quedar campeona, y estaba preparada para ello, pero no pude sacar mi mejor versión. Ahora mismo yo confío mucho en la preparación que estamos haciendo, en la evolución de estos meses y la que me queda hasta el Mundial. Y dejarlo fluir, si tiene que pasar va a pasar, y no por quererlo más y por angustiarme por querer conseguirlo va a salir mejor", advirtió.
"Mi primer gran examen después de París fue volver al gimnasio, entrenar, el siguiente fue priorizar el cuerpo, y el siguiente fue empezar a competir. Y ahora ya cuando llegue el Campeonato del Mundo quiero pensar que cuando llegue el momento no va a ser como vida o muerte, nada va a ser determinante, es un Mundial, quiero quedar campeona del mundo, es mi sueño", concluyó.