MADRID, 9 (CHANCE)
Inmersa en una batalla judicial contra Jota Peleteiro dos años después de su separación, Jessica Bueno ha dado un paso al frente y se ha sentado en el plató de '¡De Viernes!' para sincerarse sobre los durísimos momentos que vivió durante su matrimonio con el exfutbolista y cómo éste, tras poner punto y final a su relación y dejarla completamente destrozada, se ha desentendido totalmente de los dos hijos que tienen en común.
"Dejé mi vida profesional para volcarme por completo en su vida. Me quedé sin ahorros, y mi madre tenía que prestarme dinero. Él tiene la mentalidad de la mujer en casa y tiene ese ego de 'te lo proporciono todo'" reconocía, dejando claro que aunque desde fuera pudiese parecerlo su vida no era de color de rosa al lado del gallego, que siempre se encargó de hacerle sentir como "una mantenida".
Todo empeoró cuando Jessica descubrió que le estaba siendo infiel: "Llegó a su empresa una nueva directora. Vi una foto de ella, le decía que tuviese cuidado. En verano veo unos mensajes entre él y su directora con demasiadas confianzas. Cogí su teléfono porque no sabía nada de la vida de la persona con la que estaba casada. Me metí en la conversación y vi unos mensajes que no eran de un trabajador y su jefe. Me entró un ataque de nervios, le pedí explicaciones y me dijo que cómo podía desconfiar de él, que jamás me haría eso" ha revelado, relatando que tras recibir mensajes de una chica con pruebas sobre su relación con Peleteiro, y volvió a pedirle explicaciones, su marido dio por terminado su matrimonio. "Me dijo 'estoy harto de que te metas en mi vida, esto se acaba'. Fue él quien tomó la decisión de separarse, como si todo esto fuera culpa mía" ha contado muy afectada.
En ese momento, sin poder contener las lágrimas, la sevillana ha confesado que "empecé a sentir tanta pena de mí y tanta tristeza" que se tomó unas pastillas porque "lo que quería era dormirme, descansar, no despertarme en días". "No pensé en suicidarme, yo quería escapar" ha asegurado rota en llanto, hablando por primera vez públicamente del episodio más oscuro de su vida.
Además, y tras poner punto y final a su matrimonio, Peleteiro se ha 'lavado las manos' y no se está haciendo cargo de los dos niños que tienen en común, Jota Jr. (8) y Alejandro (3), motivo por el que dejó Bilbao para regresar con su pareja, Luitingo, a su ciudad natal, Sevilla: "Me encuentro que el piso donde yo vivo con los niños no se estaba pagando desde que me fui a 'GH'. La pensión de los niños tampoco. Lo ha dejado de hacer porque ha visto que he empezado a trabajar y he querido hacer mi vida. Soy tan tonta que me creo las excusas que da, me dice que no tiene dinero. No me puedo creer que una persona tenga tanto poder y no colabore con sus hijos o me ayude a mí, que he sido su mujer durante 10 años, que no le he hecho nada malo".
Una desgarradora entrevista en la que Jessica ha desvelado que, a diferencia del exfutbolista, Kiko Rivera, el padre de su hijo mayor, Fran (12), sí se hace cargo de los gastos que le corresponden relativos al menor, y su relación es cordial en la actualidad.
Coincidiendo con las declaraciones más sinceras y sorprendentes de Jessica, el Dj ha viajado a Las Palmas de Gran Canaria para cumplir con un compromiso profesional. A su regreso a Sevilla, y dejando en el aire si ha visitado a su prima Anabel Pantoja -que reside en la isla canaria- para conocer a su hija Alma, Kiko se ha enfrentado a las preguntas de la prensa sobre los durísimos momentos que vivió su expareja con Jota Peleteiro.
Y su reacción ha sido de indiferencia absoluta. Muy serio, y escuchando música con sus auriculares, el hermano de Isa Pantoja ha guardado silencio sobre la entrevista de Jessica, evitando revelar si sabía lo mal que lo había pasado con su separación y si era consciente de su 'intento de suicidio' en su afán por escapar de todo y desaparecer unos días.
Impasible, Kiko ha evitado mostrar su apoyo públicamente a la madre de su hijo Fran, haciendo también oídos sordos a la pregunta de si se ha reencontrado con Anabel y ha podido conocer a su hija aprovechando que estaban a pocos kilómetros de distancia.