MADRID, 13 (CHANCE)
Un mes después de su mudanza a Madrid, y de haber abandonado definitivamente Cantora para comenzar una nueva vida en la capital, Isabel Pantoja ha tomado una drástica medida para proteger la finca que Paquirri le dejó en herencia y en la que ha vivido 'enclaustrada' en los últimos años.
Después de que Antonio Rossi revelase en 'Vamos a ver' el miedo que la tonadillera tendría a que su hijo Kiko Rivera entrase en el cortijo una vez ella se hubiese ido de allí, y mientras se especula con que en su interior seguirían todos los enseres personales del torero que se negó a entregar a sus hijos Francisco y Cayetano Rivera -entre los que se encontrarían varios trajes de luces, capotes, muletas, espadas y cabezas de toro entre otros objetos con un importante valor sentimental para sus herederos-, Isabel ha decidido cerrar el paso a Cantora para que nadie pueda acceder a su propiedad.
Y lo ha hecho colocando varios palos enfrentados sujetos con alambres impidiendo el acceso al camino que lleva a la finca -situada a metros de distancia- y que, hasta ahora, permanecía abierto, haciendo imposible la entrada a la misma en coche.
Una medida de protección un tanto rústica y parece que hecha por alguien que no es profesional, con la que deja entrever que no es cierto que haya contratado a una empresa de seguridad para tener vigilancia 24 horas en la finca e impedir que nadie entre en la misma durante su ausencia.
Mientras Isabel da un paso al frente para echar el 'cerrojo definitivo' a Cantora, su hija Isa Pantoja ha anunciado que está embarazada de su segundo hijo, el primero junto a su marido Asraf Beno. Una gran noticia a la que la cantante no ha reaccionado por el momento, y que llega semanas después de que la peruana relatase en '¡De Viernes!' los complicados episodios que vivió en la finca por los 'feos' y 'desplantes' de su familia.